La abuela Maruja solía "etiquetar" sus recetas poniendo en el título el nombre de la persona que le había dado la receta. Hoy la imito. Puri es ya una amiga, de hecho, una buena amiga, compañera de esta batalla que libramos contra la leche de vaca y sus derivados. Es mamá de un niño APLV, le encanta la cocina, y es un amor. El otro día me pasó una recetita, y hoy, aprovechando que he encendido el horno, la he hecho. He de decir que ella me pasó la receta con un glaseado de chocolate, pero yo no lo he hecho, las he dejado tal cual:
Ingredientes
Un vaso y medio de harina panificable sin gluten BEIKER
una cucharada de maicena
una pizca de goma xantana
seis cucharadas de azúcar
un sobre de levadura (yo he puesto gasificante de repostería)
una pizca de sal
seis cucharadas de aceite de girasol
un vaso y medio de zumo de naranja (me he quedado corta exprimiendo naranjas y he puesto un vaso de zumo y medio de bebida de arroz)
Preparación
Precalentamos el horno a 180º
Ponemos en un bol los ingredientes secos y los mezclamos bien, añadimos los líquidos mezclamos hasta obtener una mezcla homogénea. Disponemos en la bandeja del horno los papelillos de las magdalenas y las rellenamos 2/3. Las metemos en el horno. Puri diría que con calor arriba y abajo. Yo las he tenido con calor sólo abajo 12 minutos y otros cinco con calor arriba y abajo.
He cometido la torpeza de sacarlas del horno de golpe y se me han venido abajo. Para la próxima, se quedarán en el horno hasta que estén frías.
Están suuuuper ricas, Jaime y yo, en un mano a mano, nos hemos comido media docena.
La abuela Maruja era una mujer excepcional. Yo me siento afortunada porque he heredado algunas cosas de ella, entre otras, el gusto por la cocina. Nos dejó algunos cuadernos de su puño y letra, que recogen los tesoros con los que nos alegraba la vida. Me he propuesto, poco a poco, recopilar en este blog todas sus recetas, y si me siento lo bastante valiente, tratar de llevar a mi cocina algunos de sus platos.
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